El consumo de aceite de oliva se asoció a un menor riesgo de morir por demencia

¿Es el aceite de oliva realmente beneficioso para la salud? ¿O es solo un signo de hábitos alimentarios saludables? Un estudio publicado el lunes en JAMA Network Open reavivó ese debate. La investigación observacional dirigida por especialistas de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard examinó dos grupos de profesionales de la salud estadounidenses y descubrió que el consumo diario de aceite de oliva se asocia a un menor riesgo de morir por demencia.

- El estudio halló que consumir al menos media cucharada de aceite de oliva al día se asociaba a un riesgo un 28% menor de morir por demencia, en comparación con quienes nunca o rara vez consumían el líquido.

- Los participantes que declararon consumir más aceite de oliva tenían un riesgo menor de morir por demencia, independientemente de la calidad de su dieta o de su adherencia a la dieta mediterránea, que consiste en abundante fruta fresca, verduras, cereales integrales, frutos secos y cantidades moderadas de pescado y aves de corral.

- Los investigadores descubrieron que sustituir aproximadamente una cucharadita de margarina y mayonesa por la cantidad equivalente de aceite de oliva se asociaba a un riesgo entre un 8 y un 14 % menor de morir por demencia.

- El estudio observó dos cohortes de más de 92.000 profesionales sanitarios estadounidenses de ambos sexos durante 28 años. Aproximadamente el 65% de los participantes eran mujeres. Y 4.751 de los participantes murieron de demencia durante el periodo de estudio.

El consumo del producto se ha asociado a un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. El aceite es un elemento fijo de la dieta mediterránea. Un estudio publicado en 2014 descubrió que el aceite de oliva extra virgen, en concreto, se asociaba a un menor riesgo cardiovascular en adultos mayores.

Un examen de 2022 de las mismas dos cohortes en el estudio publicado el lunes encontró un mayor consumo de aceite de oliva se asoció con un riesgo aproximadamente 19 por ciento menor de morir por enfermedad cardiovascular, en comparación con aquellos que nunca o rara vez consumen el líquido.

Y el aceite de oliva, cuando se utiliza en la dieta mediterránea, “parece tener un efecto beneficioso contra el deterioro cognitivo”, dijo Marta Guasch-Ferré, profesora adjunta de nutrición en la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard y coautora de ambos estudios de las dos cohortes.

Un ensayo clínico aleatorizado de 2015 en Barcelona encontró que una dieta mediterránea con aceite de oliva “puede contrarrestar el deterioro cognitivo relacionado con la edad” en adultos mayores.

“El aceite de oliva es rico en grasas monoinsaturadas y contiene compuestos con actividad antioxidante que pueden desempeñar un papel protector para el cerebro”, dijo Guasch-Ferré en un correo electrónico.

El ingrediente “puede beneficiar directamente al cerebro al atravesar la barrera hematoencefálica” y, de forma indirecta, tener efectos positivos sobre la salud cardiaca, según Anne-Julie Tessier, investigadora asociada en nutrición de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard y autora principal del estudio publicado el lunes.

A los más de 92.000 participantes de las dos cohortes estudiadas se les preguntó con qué frecuencia consumían distintos alimentos cada cuatro años durante 28 años, a partir de 1990. Los encuestados registraron la frecuencia con la que utilizaban aceite de oliva en el aliño de ensaladas, en la comida o en el pan, y para hornear o freír en casa.

Un médico revisó los certificados de defunción de los participantes fallecidos durante el periodo de estudio para determinar si la demencia era la causa de la muerte, explicó Tessier. Se determinó que 4.751 de los participantes murieron de demencia.

El estudio observacional halló una asociación entre el consumo de aceite de oliva y un riesgo comparativamente menor de morir por demencia. Los investigadores no hallaron una relación causal.

Guasch-Ferré dijo en un correo electrónico que “se necesitan estudios de intervención para confirmar las asociaciones causales y la cantidad óptima de ingesta de aceite de oliva”. Los estudios futuros podrían tratar de determinar “los mecanismos” por los que la ingesta de aceite de oliva se asocia con un menor riesgo de morir de demencia, dijo.

El estudio también observó las dietas de profesionales de la salud, lo que significa que los resultados pueden no ser generalizables a una población más amplia y diversa.

Y los investigadores afirman que no pudieron diferenciar entre el uso de distintas variedades de aceite de oliva, como el virgen o el virgen extra, que tienen “más compuestos bioactivos y antioxidantes”, dijo Guasch-Ferré.

David Knopman, profesor de neurología de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, dijo que el estudio observacional es una investigación “muy agradable”, pero los que consumieron más aceite de oliva puede que solo sean “más conscientes de la salud que sus compañeros.”

“Esa limitación es uno de los problemas realmente serios de la interpretación de los datos dietéticos”, sostuvo Knopman. Los resultados encajan “con nuestras nociones preconcebidas de una dieta saludable”, agregó. Pero hay una serie de factores relacionados con el estilo de vida que afectan a la salud cardiovascular y, a su vez, a la salud cognitiva, como el ejercicio, la dieta, el sueño y el hábito de fumar. Estos factores tienden a correlacionarse entre sí.

“La única forma de establecer la causalidad de una intervención terapéutica es mediante un ensayo aleatorio”, afirmó Knopman. Pero se mostró “muy escéptico” de que un nutriente sea la clave para mejorar la salud.

“Cambiar de repente el filete, el puré de patatas y la mantequilla por los brotes de soja y el brócoli probablemente no tenga un gran efecto, a menos que se pierda mucho peso, si se tiene sobrepeso”, argumentó.

Vasilis Vasiliou, catedrático y director del departamento de ciencias de la salud ambiental de la Escuela de Salud Pública de Yale, afirmó que el estudio de Harvard “se ha hecho con mucho cuidado”, y que existe un esfuerzo más amplio para intentar “encontrar un mecanismo” que explique por qué el aceite de oliva, u otras partes de la planta, podrían ser beneficiosas para la salud cardiovascular o cognitiva.

“No creemos que sea un compuesto o dos. El aceite de oliva tiene antioxidantes fenólicos, que son muy importantes para proteger contra el estrés oxidativo”, explicó Vasiliou. “Pero hay muchas otras cosas que están ahí”, añadió.

Guasch-Ferré afirmó que “optar por el aceite de oliva” en lugar de grasas procesadas, como la margarina y la mayonesa, “es una elección segura y puede reducir el riesgo de demencia mortal”.

Elija aceites vegetales, en particular aceite de oliva o aceite de oliva virgen extra, si puede permitírselo, dijo Tessier.

“El extra virgen es en realidad más alto en polifenoles. Estos son los compuestos que pueden ser beneficiosos para la salud cerebral, por encima de las grasas más procesadas”, explicó.

Vasiliou dijo que bebe dos cucharadas soperas de aceite de oliva con alto contenido en polifenoles cada mañana, además de cocinar con aceite de oliva a diario. “Te vas a reír, pero a veces incluso se lo pongo por encima al helado”, concluyó.

(*) The Washington Post

(*) Teddy Amenabar es reportero general del equipo de Bienestar y cubre las tendencias de Internet.