Cinco deslumbrantes jardines botánicos para visitar en Nueva York

La ciudad de Nueva York es conocida por sus rascacielos gigantes, las luces brillantes de Times Square, la Estatua de la Libertad y el parque más visitado en Estados Unidos: el Central Park. Pero, la “Gran Manzana” tiene más espacios verdes que valen la pena ser visitados.

En los cinco distritos de la metrópoli resaltan varios jardines botánicos. Uno de ellos es el Jardín Botánico de Brooklyn, famoso por sus cerezos en flor. También, el Jardín Botánico de Nueva York, reconocido por su extensa colección de preservación de plantas.

El Jardín Botánico de Brooklyn, con sus 21 hectáreas de extensión y más de cien años de historia, se caracteriza por la floración de cerezos en primavera. Entre las atracciones del lugar se encuentra el Jardín Shakespeare, que tiene más de 80 variedades de plantas mencionadas en las obras del célebre dramaturgo inglés.

Además, el Japanese Hill-and-Pond Garden, reconocido por su tradicional puerta torii y un santuario sintoísta. Junto con el Rose Garden, que despliega decenas de miles de rosas en temporada pico, enriquece la oferta botánica y cultural del lugar.

El jardín tiene un amplio cronograma de actividades como programas familiares de fin de semana, cursos de cultivo y eventos de iluminación ambiental.

El Jardín Botánico de Nueva York (NYBG), fundado en 1891 y abierto al público en 1900, constituye el jardín botánico más grande de la ciudad, se extiende sobre una superficie de más de 100 hectáreas. Esta área verde representa un refugio para la biodiversidad, con más de 12.000 especies de plantas provenientes de diferentes partes del mundo.

También se lo conoce como un centro de investigación y conservación de primer orden, ya que tiene una de las bibliotecas botánicas más grandes del país y un herbario con más de 5 millones de muestras de plantas preservadas.

El NYBG es conocido por sus instalaciones y colecciones, entre las que se encuentran un invernadero indoor, un bosque de 16 hectáreas, un jardín de rocas, espacios dedicados a plantas perennes y una extensa colección de flora nativa. A lo largo del año, el jardín atrae a una considerable cantidad de visitantes, seducidos por la belleza estacional de sus 200 cerezos en flor, las colinas cubiertas de narcisos y un denso bosque de coníferas.

El Jardín Botánico de Queens en Flushing experimentó una notable transformación desde su origen como una modesta exposición de dos hectáreas titulada “Gardens on Parade” durante la Feria Mundial de Nueva York de 1939-1940. Hoy día, este oasis verde se extiende por más de 15 hectáreas que ofrece a los visitantes una diversidad de experiencias naturales y culturales. Los caminos serpenteantes bajo la sombra de árboles y fuentes que invitan a recorrerlos se mezclan con el vibrante despliegue de arte.

Inicialmente concebido como un espacio temporal para la celebración de la naturaleza y la horticultura, el Jardín ha evolucionado hasta convertirse en un centro comunitario activo, donde la belleza de las flores de magnolia blanca, los lilos de un delicado púrpura y los intensos colores de los lirios se complementan con arte contemporáneo al aire libre.

El Centro Cultural y Jardín Botánico Snug Harbor anteriormente fue un espacio dedicado a la rehabilitación de marineros retirados del siglo XIX. Actualmente, se erige como uno de los proyectos emblemáticos de transformación en Estados Unidos.

Situado en la costa norte de Staten Island, este complejo abarca una extensión de 33 hectáreas donde se alzan 23 edificaciones de valor histórico, complementadas por nueve jardines en plena floración y un humedal de 4 hectáreas.

Entre sus atracciones destaca uno de los dos únicos jardines de estilo clásico chino en el país, inspirado en la dinastía Ming, que ofrece a sus visitantes un estanque de peces koi rodeado de un camino entre bambús.

Wave Hill es espacio verde ubicado en la esquina noroeste del Bronx. Este jardín hortícola se extiende en la ribera del río Hudson, ofreciendo panoramas costeros espectaculares, una diversidad botánica que incluye desde hierbas hasta especies más exóticas en su invernadero, y la posibilidad de observar fauna silvestre como el águila calva y la gran garza azul.

El encanto de Wave Hill reside no solo en sus vistas y colecciones botánicas, sino también en su historia, con dos estructuras religiosas edificadas datando de 1843.